Tengo muchos vicios, quizás demasiados. Me encanta levantarme por las mañanas y pisar el suelo frío, pero en cambio odio cuando salgo de la ducha mojada. Me encanta comer chocolate, hartarme a chocolate. Me encanta desayunar con calma, odio hacerlo con prisas. Me encanta ponerme la alarma media hora antes para saber que me queda un rato más para disfrutar en la cama. Me encanta coger el ordenador y sentarme en la cama con él horas, y no nunca me aburro. Me encanta cuando sé que le voy a ver, y esos nervios de los minutos antes. Me encantan tus besos, besos bien dados, mal dados de mil formas, cortos, largos, húmedos, secos. Tus manos, tu espalda, o tus manos en mi espalda también podría decirse. Tengo vicios para aburrir, algunos son tan simples que podría pensar alguien que no me hacen falta pero se equivocan. Pero sabes mi mayor vicio, el mayor de todos. Tú.
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